“Ahí está la pared que separa tu vida y la mía
Ahí está la pared que no deja que nos acerquemos
Esa maldita pared yo la voy a romper
algún día....”
Elige una palabra.
Como hacías en el
pasado.
¿Qué nos pasa a las personas?
¿Por qué no cerramos los
círculos?
¿Y qué pasa con la vida?
¿Por qué nos mezcla así
los caminos?
Elige una palabra.
Dímela.
Yo he elegido.
“Contigo”.
Por poco que sea.
Contigo.
Vuelve a hacerme sentir como antes.
Cuando mis ojos brillaban.
Vuelve.
Solamente eso.
Vuelve.
“Existe entre nosotros algo mejor que un
amor: una complicidad”.
Elige una palabra.
Y quita la pared, quita el tiempo que ha
transcurrido.
Quita la distancia entre lo que fuimos y lo
que llegamos a ser.
¿Hemos cambiado?
Habremos cambiado.
Pero algo queda.
Siempre algo queda.
Por mucho que intentemos no dejar huellas.
Elige una palabra.
Háblame.
Ya no me es suficiente el lenguage de tus
ojos.
No quiero leer entre líneas.
Háblame.
Dime, te echo de menos. O no te echo de
menos, pero por un momento me siento como antes.
Háblame.
No me expliques. No quiero explicaciones.
No me preguntes. No quiero preguntas.
No me importa lo que pasará en una mes, en
una semana, mañana, en una hora.
Me importa lo presente, ahora.
El momento.
Nuestro momento.
No pierdas más tiempo.
No perdamos más tiempo.
Hemos perdido demansiado tiempo.
Háblame.
“Nadie
te recordará por tus pensamientos secretos”.
Elige una palabra.
¿Cuál será?
No perdamos más tiempo.
Más anocheceres sin decir nada.
No tenemos más tiempo.
Nunca tuvimos, de hecho.
Elige una palabra y susúrramela al oído.
Quita la pared.
Háblame.
M.
09.10.2013
Sobre el Atlántico
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